Ada, una condesa tecnológica inspira nuestro otoño-invierno 2019-2020

Ada Lovelace nació en 1815 en Inglaterra, en el seno de una familia aristocrática y acomodada pero fue rebelde por naturaleza y moderna por consecuencia, proclamaba ser “la novia de la ciencia”.

Única hija legítima del poeta Lord Byron, su madre la formó en matemáticas y pensamiento lógico para evitar que tuviera las mismas tendencias artísticas y destructivas de su padre. Sin embargo, Ada tenía un don para combinar el arte y la ciencia, entendía las matemáticas y la lógica como disciplinas creativas y las llamaba “ciencias poéticas”.

“Las matemáticas constituyen el único lenguaje por medio del cual podemos expresar de forma adecuada los grandes hechos del mundo natural”

Brillante, intrépida y reconocida amazona, no parece que Lady Lovelace encajara demasiado bien en la rígida sociedad victoriana.

Para La Condesa es más que una fuente de inspiración es alguien a quien admirar y en quien verse reflejado.

Nuestra directora creativa, Marina Conde, confiesa: “Estudié Ingeniería Industrial, en mi entorno las tendencias artísticas no se valoraban demasiado y por eso mi camino hasta la moda ha sido inusual y muy distinto al que se espera de un diseñador, sin embargo, me enorgullezco mucho de él” .

Ese sistema de tarjetas perforadas fue utilizado para programar los primeros ordenadores desde los años 50 hasta mediados de los 80 del siglo XX. El código de nuestros ordenadores y sus sistema de programación proceden directamente del telar de Jacqard, ya que la tarjeta perforada se puede considerar el antecedente del dígito binario o bit.

“La máquina analítica teje patrones algebraicos justo como el telar de Jacquard teje flores y hojas”.

Es ésta cita de Ada en concreto la que inspiró a Marina Conde a crear una colección enteramente dedicada a la Condesa de Lovelace: “Para mí es emocionante cómo ella pudo establecer una relación tan importante entre la moda (los tejidos de los telares de Jacquard) y las matemáticas y que además resultaría tan fundamental para el posterior desarrollo de la informática”

Pero las aportaciones de Ada Lovelace fueron más allá, escribió un texto titulado “Notas” donde describió cómo iba a funcionar la computadora, imaginó su potencial y escribió el primer programa: un algoritmo codificado para que la máquina procesase los números de Bernouilli; por eso se considera a Ada Lovelace como la madre de la programación informática.

Ada nunca pudo firmar públicamente su trabajo, sólo con sus iniciales, ya que no estaba permitido que las mujeres firmasen textos científicos en 1843, pero su trabajo fue redescubierto a mediados del siglo XX, inspirando al Departamento de Defensa de EEUU a nombrar un lenguaje de programación en su honor.

A día de hoy, cada segundo martes de octubre, es el Día de Ada Lovelace, un día para la celebración de las mujeres en la tecnología.

Siluetas y tejidos:

La inspiración para los patrones parte del estudio de James MacCabe sobre el perfecto armario de una lady victoriana. Así el foco de todas las miradas se centra en los hombros; grandes, exagerados, que aportan voluminosidad pero estrechan la cintura. Patrones victorianos en tejidos contemporáneos para invocar a una Ada actual.

Por supuesto hay muchos trajes de chaqueta, el buque insignia de la marca, aunque en ésta ocasión hemos hecho un hueco especial a los vestidos. Grandes faldas con decenas de metros de tul para dotar de dramatismo a la colección.

Mención especial merecen los estampados, donde aparecen las fórmulas de Ada entremezcladas con flores, tarjetas perforadas que generan el nombre de La Condesa, joyas victorianas encadenadas y un sinfín de menciones a la corona de condesa que Ada tenía derecho a lucir por título nobiliario propio.

En cuanto a los tejidos, se han desarrollado abundantes jacqares por la íntima relación que une éste tejido a la historia que contamos. Complejos diseños de flores y coronas como esperamos que a Ada le habrían inspirado en sus notas.

Todos los accesorios que lucen las modelos, desde zapatos a bolsos, han sido desarrollados por La Condesa, pero destacan especialmente los complementos de la marca PAPIROGA que ha elaborado espectaculares pendientes, collares y sobre todo coronas a partir de los pocos retratos que existen de Ada Lovelace.