enero 05, 2009
2009. Empezamos.
Empezamos en Badajoz, de donde soy. Con el nuevo Palacio de Congresos de fondo y acompañados de un buen amigo, David Mesa. El cuñado que todas soñamos tener pero sólo dos personas cuentan con esa suerte.
David es la definición de buena persona. Todo bondad, gracia y salero. Tenerlo cerca es garantía de que te lo vas a pasar bien porque hace por generar buen ambiente y su gracia está basada en el buen humor, el de verdad, el que no se mete con nadie y nace de la simpatía auténtica.
Aunque es de Badajoz (¡qué gran lugar!), sobrevive en Sevilla, donde me imagino que su estilo desenfadado choca un poco con el clasicismo más bien generalizado. Pero incluso a esa parte David sabe sabe sacarle el lado simpático y se apropia de objetos tan inverosímiles como los que nos enseña aquí.
Quizá sea el anillo o los mentolados del Mesías que siempre lleva encima, pero vemos en esta foto que David está claramente iluminado por una gracia divina