enero 27, 2010
Las más grande
Hace poco recibí un mail de mi amigo Sergio que me arrancó una sonora carcajada. Me contaba lo siguiente:
Sra. Condesa,
Hace dos semanas fui a Boston para ver a unos amigos y conocidos. En el viaje de vuelta, estando en el aeropuerto me encontré a una conocida tuya. Una amiga y seguidora de tu magnífico blog y estoy prácticamente seguro de que es ella porque iba con la misma vestimenta que en uno de tus post y tenía al mismo marido a su vera. Le hice una foto de refilón y cuando me armé de valor para decirle (pasándome por ti claro) que la había fotografíado en París y que me encantaría poder hacerme una foto con ella, ya no estaba.
He aquí la foto paparazzi robada:
Pero ¿qué ven mis ojos? ¿Puede ser esto posible? ¿Si quiera mínimamente imaginable? ¿Es ella de verdad? ¡Sí, es ella! Mi ídolo absoluto y total. La Señora parisina que vi hace un año en el desfile de Ungaro y que me dejó impresionada por plantarse semejante gorro en la mismísima front-row del desfile y a 25º de temparatura. Qué grande.
No contenta con eso, gracias a Sergio hemos descubierto que esta Señora, aparte de no tener ningún tipo de complejo cosa que me encanta, tiene no uno sino al menos dos sombrerazos de piel! Ahhhhh!! Pues claro que sí, porque tener uno sólo es de cutre, hay que tener una mudita por lo menos que decía mi abuela.
¿Y dónde se los hará? Porque se los manda hacer eso está claro, a juego con el abrigo y con la altura y el volumen que ella considera ideal para esperar en la puerta de embarque de un avión, en un desfile, en el fisioterapeuta, en el palco de la Ópera y donde le da a ella la gana porque para eso esta Señora es así. Libre. A su aire. Y siempre con su marido al lado, que la quiere, la consiente y la acompaña a todos lados.
Me encanta esta pareja, tengo un nuevo objetivo en la vida que es hacerme amiga suya, se lo pido al diosito de la paloma blanca. Por favor, que vuelva a coincidir con ellos en alguna parte. La recuerdo muy simpática. Lástima que Sergio no se abrazara a ella, conociéndole, le habría adoptado.
Por si acaso, a partir de ahora, llueve, truene o haga un sol de justicia, yo iré con mi gorro de piel a todos lados para que en caso de que nos encontremos, podamos jugar juntas a gigantes y cabezudos.
Abrazos mil,
La Condesa sintiéndose pequeña
La Condesa sintiéndose pequeña
PD: Por cierto y hablando de París, os comento que la marca EROTOKRITOS está al 50% de descuento en su tienda online, aquí. Siempre que voy a Le Bon Marché tengo por costumbre pasar por su corner para estudiar los complicados patrones y acariciar sus preciosos vestidos de satén, así que pensé que a lo mejor os interesaba también.