En Abril, Vogue a mil

Me decíais hace un par de posts que os alegrabais de volver a reíros con un artículo bromista porque últimamente estaba un poco seria. Es posible que tengáis razón, bastante. Por un lado me da escalofríos lo que podéis llegar a interpretar entrelíneas y por otro pienso, anda qué tios, de todo se dan cuenta aunque no quieras contarlo, ¿será que leen con gafas de rayos X?. Efectivamente es posible, bastante probable, certero incluso que desde mediados del mes pasado hasta ahora mi cabeza haya entrado en barrena reflexiva. ¿Y por qué diréis? Factores hay varios, más adelante os iré contando conforme se resuelvan que a mi sólo me gusta contar historias con final feliz (cuánto misterio) pero principalmente hay un factor que me ha afectado por encima de todos los demás, sobre todo por lo inesperado. La aparición en el Vogue de Abril.

Habíamos cogido el patrón de levita sobre el que estábamos trabajando y en 3 días lo habíamos modificado y fabricado en rojo y negro para que encajara con lo que Vogue necesitaba para su tema “Vivir como una lady”. No nos podía cuadrar mejor el título así que una vez más, uniendo suerte y trabajo, nos pusimos manos a la obra y conseguimos entregarlo en tiempo record. Detrás de mi hay varias personas trabajando, los verdaderos condes y condesas de los que aprendo todos los días y sin los que nada sería posible. El lema que tenemos es: “en tiempos de crisis puedes echarte a llorar o ponerte a vender pañuelos”, con eso creo que podéis haceros a la idea de la capacidad de trabajo y respuesta que tiene esta gente, verdaderos supervivientes.

El caso es que sabíamos que una prenda iba a salir en el Vogue de Abril, y como viene siendo tradición el día 20 al amanecer ya estaba yo esperando a que llegara el del reparto al quiosco. Había hablado con las chicas de Vogue porque tenían curiosidad por saber quién estaba haciendo esas prendas que llegaban a la redacción y dónde se fabricaban, “te vamos a hacer un box para que sepan dónde se pueden comprar”, ah fenomenal, mil gracias, en mi ignorancia yo pensaba que un box era una cosa pequeña, al final, donde ponen “a la venta en nosedónde, calma que no es una taller de chinos, que es fiable y se puede comprar”, ya está. Hablo con ellas, respondo a unas preguntas, mando información, por supuesto a lo que se supone había que responder con un par de frases yo mandé 4 folios por si acaso, ¿una foto? Ah sí, pues tengo unas que me hizo Fernando ideales. Ya está. Olvidado.


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Abro el Vogue, lalala, ¿dónde estará la levita? Aquí no, anuncios no, aquí tampoco, ¡anda Belén Antolín la que sacó las chaquetas en el número anterior! Ahora mismo le pongo una vela a la foto, sigo, rayas marineras no, alta sociedad no, Alexa Chung qué mona que va siempre esta chica da gloria verla, tralará tralará, no, aquí tampoco, flores no, ¿lo habrán sacado verdad? Ay qué nervios, fiesta no, joyas no, Sharapova tampo…c…o….¿y esa otra qué hace con una chaqueta como la mia? Qui..én…es…la..fo.too? Pero si es, pero si soy....QUÉEEEEEEEE???????? ¿Quéeee? ¡¡¡¡¡QUEEEE!!!!! Que…me…Chaqueta It …¿cómo? Qué dice? Pero quién?... .... ..... ...necesito sentarme, necesito aire, agua…una ambulancia. ¿¿¿Dónde está Beltrán cuándo le necesito???



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Me quedé sentada en el banco no sé cuánto tiempo, me levanté cuando recibí órdenes precisas del Consorte: “Nos encontramos en tal sitio en 15 minutos, estás cerca, puedes llegar sola”.

Comprendo que para mucha gente esto no tenga la misma importancia (gente venida de Marte que allí no llega el Vogue claro) pero para mi ha sido demoledor. La repercusión ha sido enorme y a mi me ha entrado una cosa por dentro de “tienes que dar la talla haz el favor”, una responsabilidad, un “eh, ponte las pilas, se acabaron las bromitas”, una necesidad de responder, que ooohhhhhh. Así que es posible que haya estado más seria. Hablo en pasado porque en realidad la intranquilidad surgió de no tener un plan de acción preparado, cuando la gente empezó a contactar para ver las prendas en directo las respuestas eran tipo “es que no tenemos stock, las hacemos una a una para cada cliente, pero vente al taller el martes si quieres ver el chaleco, no el miércoles no que lo mandamos a la dueña, pero si es la chaqueta azul entonces vente el jueves” y eso no puede ser. Así que nos hemos dado un matahogazo* tremendo estas últimas semanas pero hemos conseguido preparar un muestrario completo de todas las chaquetas, más las levitas, más los chalecos, más alguna prenda más, más algunas chaquetas especiales que sólo se venderán a través de la tienda “2 de Abril” de esa lindísima mujer que es Carmen con la que una vez hice unas fotos y resulta que hemos acabado montando mañana un pequeño sarao.

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La invitación no podía ser más bonita, me la ha hecho Paz López

Mañana, vamos a estar todo el día en “2 de Abril” (c/ Castelló nº14 casi esquina con Jorge Juán), enseñando el muestrario completo, explicando lo que haga falta, aclarando dudas, contando cómo se hacen, contando el tiempo que llevan, comiendo pastelitos y bebiendo champán. A todo el que se quiera acercar, sois más que bienvenidos. Ahora sí, estamos preparados.

Y muchas gracias por los comentarios que han ido llegando cuando me habéis visto en la revista, me ha costado asimilarlo pero ahí vamos.

Abrazos mil,

La Condesa que siempre pensó que la biblia sale 12 veces al año


*Diccionario Castuo (lenguaje empleado antaño en las zonas rurales de Extremadura): Matahogazo = fatigarse mucho

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