En casa de Cocó

Ahora comprendo la tendencia de Karl de llenarse los dedos de anillos, creedme, si vosotros pudiérais...también lo haríais

Una versión fashion victim de Minnie Mouse, después de haber entregado su vida al la cirugía y sus ingresos a Chanel. No la juzquemos, pobre, quién sabe cómo acabaremos todos nosotros.
(Edito porque una lectora me corrige con toda la razón diciéndome que es un Bearbrick especialmente diseñado por Karl Lagerfeld)

La cueva de Alí Babá o lo que es lo mismo el armario donde guardan los accesorios vintage, estoy convencida de que echaron sedantes en el ambiente o sino no comprendo qué nos frenó a la hora de convertirnos en los 40 ladrones.

Viéndolos y tocándolos todos juntos se siente lujuría y frenesí. Lástima que no tengan la misma costumbre que en Hawai de recibirte con un collar de regalo al cuello.

Prefiero no comentar la colección de 2.55s, juzgad con vuestros propios ojos y procurad no marearos frente al teclado que todavía no los hacen blandos.

En mi caso he de reconocer que fue un problema ir de invitada porque pasada cierta edad, ciertas clínicas de rehabilitación y ciertos escándalos públicos, una ya no tiene verguenza y se puede dedicar a probarse toda la ropa al alcance de los dedos (toda, sí, TODA) y escrutinar con ojos de aprendiz los detalles que caracterizan las chaquetas de Chanel, porque si hace poco decíamos que la moda está en los detalles, en Chanel saben cómo cuidarlos.

Esta pasamanería a base de perlas y piedras trenzadas con rafia es simplemente de otro planeta, alucinante. Hasta el clip interno del automático está forrado.

Los vivos de lana en todas las costuras y el cuello doble de ganchillo, me encantan los cuellos dobles.

Espigas de trigo bordadas con hilo de oro y lentejuelas. Ojito a los botones con carro de heno diseñado a propósito para la colección. Nos comentaban que en Chanel los botones siempre son importantísimo y muy especiales. Detalles, todo detalles.

En un lateral de la trabilla de la cintura de un vestido, un carro de heno espera a que alguien se fije en él. Muero de la envidia de todos los botones que tienen. Nos comentaba Diana Fenouil, jefa de prensa de moda, que uno de los tesoros que guarda con más cariño es una caja en la que va guardando todos los botones de repuesto de las chaquetas que van pasando por el showroom.

El sillín acolchado a juego con un mini 2.55 especial para la bici. ¿Quién quiere una moto cuando puedes tener una Chanel bike?

Mademoiselle, hay una carta para usted

Hasta me probé los zuecos de esta temporada que en mi círculo cercano había tachado de abominables pero como todo, una vez puesto, decides que no está tan mal. Además yo tengo una incorregible tendencia de ir inapropiadamente vestida para ir al campo, por lo que estos zuecos pueden llegar a convertirse en mi complemento ideal para acabar de rematar a los lugareños.

El equipo de Chanel fue francamente encantador, no sé por qué tenía la idea que las grandes casas de lujo aún recelaban de los blogs pero, contrariamente a lo que pensaba, nos estuvieron explicando que en países como EE.UU o Francia hay personas del departamente de prensa enteramente dedicadas a la gestión con blogs. Aquí en España creo que el evento de la pasada semana marca el inicio de una buena relación y sospecho que el hecho de que el padre de la Directora de Relaciones Externas de Chanel, Assunta Jiménez Ontiveros, tenga un blog ha jugado a nuestro favor.

Beatriz del Río es la encargada de gestionar todas las salidas de las prendas y accesorios a las revistas y celebrities, así que os podéis imaginar que alguna que otra anécdota tiene para contar.

Dato importante para mi, Diana iba vestida de Chanel y llevaba una LEVITA! Sí, bravo, vamos empujando esa tendencia entre todos por favor.

Por si pensáis que estoy exagerando al decir que me probé TODA la ropa accesible en el showrom os dejo una prueba de mi total-look de Chanel para este invierno (me dio igual estar a 30º en la sala) y de cómo éste te convierte en una celebridad instantánea capaz de ensombrecer a la mismísima Wintour.

Abrazos mil,

La Condesa de camino a comprar hilatura de plomo para los bajos de las chaquetas