Y mi kimono...

Kia! Lo sé, lo sé, es un título tontísimo, obvio y facilón, pero es que no me da el cerebro para nada más. Ayer agoté la última gota de calma zen que me quedaba de las vacaciones, gone, se acabó y desde entonces me he quedado idiotizada escuchando a The XX y no doy para mucho más. Estoy hasta el kimono del móvil.

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Y hablando de kimonos (uahu con qué facilidad hilo), aquí tenéis ejemplos de dos llevados con muchísimo estilo. A mi me encantan los kimonos, los largos, tengo colección, bueno tengo dos, uno es una preciosidad de los años 70 comprado en el Japantown de San Francisco, el otro es una horribleza regalada de Hong Kong que salió medio ardiendo en una fiesta de disfraces al que lo llevé, pero que aún así conservo por esa decadencia mia tan irremediable.

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El caso es que este verano estuve a punto de comprarme uno corto en una tienda vintage pero iba acompañada por mi madre que tras evaluarlo con mirada de desprecio me soltó un contundente "vas a parecer un limpiabotas". Qué cosas dicen las madres, tiene una imaginación desbordante para tirar por los suelos cualquier propuesta tuya que se aleje de su criterio, ese criterio que te dio la vida y por el que tú, después de fingir cierta rebeldía, miras a la susodicha propuesta con menos entusiasmo y la acabas dejando en el perchero. Por eso yo hace mucho tiempo que voy sola de compras, sola solísima y encantada de la vida oiga, cierto que luego vuelvo a casa con adefesios, pero adefesios que me gustan, toda una rebelde. Una rebelde que se quedó sin kimono corto y ahora viendo estas fotos se arrepiente.

Buen fin de semana,
La Condesakia!

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