Las gafas del Consorte

Hoy se ha levantado con el disgusto pero también con la confirmación de sus sospechas, Michael no murió, lo mataron. ¡LO ASESINÓ SU MÉDICO! Vaya por dioses, pero ¿y para qué lo iba a matar si le pagaba millonadas mensuales? Porque Michael valía más muerto que vivo, es un complot de su discográfica, sus contables, abogados y puede que hasta parte de su familia. Esta persona que se refiere a Michael Jackson siempre por su nombre de pila y sin necesidad de apellido, como si fuera un amigo de la pandilla, es mi amado esposo y Consorte.
Miedo me da pensar que tras la teoría de la conspiración de su asesinato, aparentemente ya zanjada, ahora empecemos con una nueva en la que Michael sigue vivo y permanece recluido, junto con Elvis Presley y otros, en la villa de los rockeros muertos.



Susana me ha recordado en un comentario del post anterior que hace mucho que El Consorte no sale en el blog, así que he pensado que hoy vamos a darnos una pequeña dosis de ego-blogger masculino consorte. A él le encanta, de hecho me ha pedido varias veces aparecer desnudo, incluso un completo, dice que si YSL fue tan transgresor con su campaña que no entiende por qué yo he de ser tan reprimida y no anunciar las chaquetas haciendo uso de su glorioso cuerpo. Así es él, niveles de verguenza en el cuerpo: jamás detectados.



Una de las señas de identidad del Consorte, así como la melena bob de Anna Wintour o los cuellos almidonados de Lagerfeld, son sus gafas de sol. Siempre las lleva puestas, sea invierno, sea verano, él siempre va con gafas de sol (tranquilos que sólo en exterior, por suerte no comete la tontería de dejárselas puestas dentro de una discoteca o similares), por lo que creo he creído que sería un excelente modelo, no sólo de chaquetas, sino también de gafas solares de las que os quiero hablar hoy.


Este verano me regalaron unas Sunpocket. Siguiendo con la tendencia revival estas gafas son una reedición de las originales de los años 70 que a mediados de los 80 se hicieron enormemente populares, sobre todo en EE.UU, por la cualidad de hacerse plegables hasta alcanzar un tamaño de kleenex usado (asco de comparativa, lo sé). Ahora un emprendedor sueco con mucho ojo las ha rescatado y vuelve a ponerlas de moda sobre todo entre los deportistas y los fashionistas siempre ávidos de cosas nuevas (aunque en realidad sean viejas). En cuanto llegaron se las di al Consorte para que las testara, como era de esperar siendo deportista agradece que se enganchen a la orejilla y no se caigan, que el cristal sea bueno y hasta le mola la cuerdecilla para llevarlas colgando cual abuelino molón.


Otra característica, muy ochentera de estas gafas, son sus cristales de espejo. Aquí el Consorte luciéndolas afeitado en Biarritz.



Quizá sea porque desde que tengo las Sunpocket me fijo más o porque viene una tendencia o porque los fabricantes de gafas se copian unos a otros pero he visto características similares en otras gafas. Por ejemplo casi el mismo cristal en éstas Oakley que luce un Consorte barbudo y que Luis vaticina que pronto serán lo más...de nuevo traído directamente de la fragua de los ochenta.


 O estas Ray-Ban que el otro día vi en el escaparate y para mi total sorpresa ahora también resulta que se pliegan. ¿Casualidad? ¿Tendencia? ¿Espionaje industrial? ¿Qué opináis?



Abrazos y buen fin de semana,
La Condesa por fin de otoño

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